2 de Marzo 2011
Buenos días a todos; mi nombre es Thomas Lorenzo González, soy nacido y criado en la calle Candelaria, Guanabacoa y mis padres fueron vecino del difunto Segundo Ibáñez; fui consagrado como nguello y después como padre nkisi por el legendario Oriol Bustamante, a mi consagración asistieron Enriquito Kuballende, Julio Antonio Lage (tata nkiza de Zandanda congo), el chivo de Regla (tata nkiza de Siete Rayo Meteoro). Florentino Palacio (Tino Zarabanda) me consagró como tata nkiza y me entregó a Centella Ndoki Munalembe Sabana Engombe Saca Empeño, quiere decir que soy hijo legítimo de Vititi Congo.
Nunca tuve el honor de conocer al señor Domingo B. Lage en persona, pero mis padres si lo conocen muy bien, y puedo decir que este señor es muy conocido en el barrio de Guanabacoa, Cuba y que mantenía una buena relación de hermandad con mi padre y otros tantos amigos de ellos. No quiero mentir, pero si lo vi, yo era muy chico y no lo recuerdo, ya que tengo 43 años y el me supera con algunos años. Lo que si les digo, que se comenta en toda Cuba que el señor Domingo B. Lage es Obonekue de Itia Mukanda Efo y que siempre dedicó su vida a la religión, por la cual yo Thomas Lorenzo González confirmo que ese señor es una leyenda en el campo de la religión Briyumba & Mayombe y reto a cualquiera que dé más información de este venerable señor.
Domingo Lage dejó mucho que decir en Cuba, como religioso, como hombre, como hermano y ekobio; muchos no lo quieren reconocer, pero en su escritura nada más dice la verdad, si le hablan de Abakua, él sabe, si le hablan de palo, esa es su comida (dicho por los ganguleros de su tiempo). Muchos viejos ganguleros que se encuentran aquí lo conocen como el Menor o como Domingo el Itia.
Curioseando en la Internet, vi la página de afrocubanet.com, en la cual le hicieron un reconocimiento, pero con todo respeto, hay muchas cosas que decir de este gran señor, que es un buen amigo, buen hermano, buen Ekobio (dicho por todos los Itia Mukanda Efo), buen hombre, buen maestro y buen gangulero. Creo que es muy poco lo que le están dando, puesto que por doquier existen semillas sembradas por este gran maestro de la literatura del palo Mayombe, soy uno de tantos admiradores de ese gran escritor, y más bien tenemos que estar orgulloso de que él haya puesto la silla en su lugar.
Ahora bien para los críticos, quiero aconsejarles, que porque no hacen lo mismo que ese escritor cubano, puesto que gracias a él, estamos recuperando nuestras tradiciones. Más bien, deberíamos unirnos y hacer una cosa linda de nuestra religión antes que pierda el valor que la enfatiza, ya que con valor y coraje de sus seguidores, las religiones ganan su respeto. No dejen que el dolor de la envidia los desesperes, seamos capaces de rectificar lo malo que hemos hecho. Este maestro y escritor ha creado tantos y tantos libros de la religión para que aprendan y para que no sigan con lo mismo de siempre, que lo único que muchos han hecho, es profanar nuestras religiones.
Tómense un poquito de tiempo para estudiar los grandes tratados que este señor nos ha puesto en las manos, ya que yo he leído varios libros de él y apoyo su maestría.
Antes de despedirme quiero felicitar al legendario Domingo Lage por su labor y también a ese gran equipo de afrocubanet.com, puesto que es lo mejor que han hecho, para beneficio de todos.
Sinceramente
Thomas Lorenzo González
http://www.afrocubanet.com
http://entuala-kongo.blogspot.com.
Esta página será traducida en 15 idiomas para que sepan las historias, secretos y misterios que se viven dentro de esa isla, ya que también esta rodiodas de archipiélagos y cada uno tiene una historia, quiero informales que aunque sea una isla es la mayor de las antillas.
Quiero plasmar y dejar bien aclarado, que no solo soy gangulero, ni santero, ni Abakua, sino que siempre dedique mi vida a las historias, por esta misma razón cuando hablan algo indebido salto y seguiré saltando cuando no se digan las cosas bien. O se resuelve de esta manera que no me escriban ni me pregunte. Que para ser un buen religioso hay que tener educación y punto.
Por Domingo B. Lage
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